Destino
A través del tiempo he ido buscando respuestas, ideas de como funciona la vida, de como se van dando los acontecimientos que marcan nuestro andar; algunas veces inundado en soberbia he intentado que sea el ego quien determine, suponiendo que somos conductores netos de nuestra vida. Sin embargo, con un poco más de mesura, le entrego mayor protagonismo al destino, y es acá donde deseo detenerme.
En un universo de infinitas posibilidades, las que hacen eco a nuestro andar -ya se encuentran trazadas, con la suavidad de un lápiz grafito, para que a través de nuestros actos hagamos el trazado definitivo en tinta de hierro, con sangre y por sobre todo, con sentimientos.
El camino de la vida
La vida avanza como un tren, a través de rieles y sus férreas líneas.
Una vez que adoptamos conciencia comenzamos a tomar nuestras propias decisiones, caminos, estilos de vida y formas de vivir el ser. Cada camino es un universo nuevo, un universo por descubrir y para seguir por esta nueva senda, debemos cruzar hacia un nuevo carril.
Este nuevo carril puede pasar inadvertido, como también ser el bloque invisible que ralentiza nuestro andar.
Muchas veces nos sentimos atrapados, confundidos, perdidos. Es cuando ciertos acontecimientos que han marcado nuestra vida no nos permiten avanzar de manera fluida hacia este nuevo horizonte, a este nuevo mundo de posibilidades. Y la vida parece detenerse, y el mundo parece girar sin sentido. Quizás desconocemos las razones, quizás tenemos grados de noción de estas o tal vez, en piloto automático la hemos borrado de nuestra mente, sin embargo, por más que lo intentamos no logramos progresar.
También existe el hecho, quizás el más frecuente, de que atravesemos a este nuevo carril y no hayamos estado del todo preparado o lo atravesamos sin que los rieles se hayan fusionado de manera perfecta. Es ahí cuando paulatinamente comienzan a aparecer ruidos, chirridos a las ruedas de nuestro tren, de nuestra vida. Es cuando aparecen los miedos, la inseguridad y el desconocimiento personal entre otras cosas.
Cuando hablo de esta fusión imperfecta, me refiero a que todos llevamos nuestras cargas, nuestras trancas, nuestros temores y si a la hora de enfrentar ciertos desafíos estos no se encuentran resueltos, serán una piedra en el zapato, serán un desperfecto mecánico en nuestro tren.
Quizás la mejor forma de vivir la vida sea, observándonos y siempre atentos a nuestro entorno. Ser honestos y hablar de frente, no guardarse para sí lo que nos hace daño, las prioridades son para quienes profesamos amar y nunca acumular, ni riquezas ni sentimientos negativos.