Soñar con los angelitos, es el deseo de un padre, de una madre, de un esposo o de una esposa, de un amante, de un pololo y quizás que otras tantas alternativas. En mi caso, y con el beso amoroso que le doy a mi esposa para desearle las buenas noches, nace y se me vino a la mente hablar de este sueño, de este gentil deseo.
Se entiende la buena intención, desear una velada calmada, serena, profunda, y claro, en este caso, en la compañía celestial de «los angelitos».
Pero la verdad es que «soñar con los angelitos» es un panorama que suena y se ve, re-fome. Me imagino la promesa, un jardín verde y floreado, un sol brillante y una que otra nube de fondo, nube que es sólo un adorno al dichoso paisaje, los angelitos por su parte tocando el arpa aún ritmo relajante y que no hacen más que ser la antesala al mero aburrimiento.
En el contexto, al dichoso soñador no le quedaría más que danzar al ritmo de la música suave, inspirando lentamente el aire puro, estirando los brazos simulando un vuelo por el horizonte, silbando, tarareando las melodías que completan el lugar. Tal vez la única manera de arreglar esta utopía sería declarar: «que sueñes con los angelitos y conmigo al ladito«. Por ahí suena un tanto mejor, al menos acompañado y recorriendo el edén con buena compañía. Aunque pensándolo bien ¡Sigue sonando fome!
Prefiero en cambio soñar con un ambiente donde haya buena música, ojalá harto rock, se sirvan cervezas heladitas y se pueda disfrutar de un buen asado y unas ricas pizzas, que el clima acompañe con un sol agradable y una piscina o una playa tropical sean el salón escenario principal. ¡Todo lo contrario a soñar con los angelitos! Sigo; sería genial dormirse sabiendo que el sueño será corporalmente pleno y relajado, pero que habrá de todo un poco, -emociones quiero decir-, un poco de sexo, un poco de desorden, un poco de desenfreno, algo similar a la locura buena, la locura divertida, esa que te lleva a gritar de alegría y emoción.
¡Este último sí que es un buen sueño!
En adelante, cambiaré el ritual y le desearé a mi mujer y a todo el mundo, que no sueñen con los angelitos, les desearé que sueñen su mejor sueño, donde suceden las cosas que les encantan de sus vidas y que se realicen las que llevan tiempo deseando, pensando.
Os deseo que cada noche tengan un sueño intenso, ¡su mejor sueño!