A plena luz del día puedo sentir los sollozos de mi alma, mi alma confundida y perdida, a plena luz del día navego en una oscuridad que bloquea mi andar e inhibe mis deseos. No he hallado el aliento o al menos la excusa para convencer a mi alma de que esto es solo un mal momento, en este mar tenebroso los recuerdos y el miedo son un oleaje salvaje que no discrimina, las olas que azotan mi corazón son cada vez más agresivas, siembran dudas, aumentan el misterio.
Me hallo navegando en aguas poco transitadas, tal vez sólo conocidas en antaño por piratas borrachos, por piratas hambrientos y sedientos, pero también por hombres libres de corazón sincero, soñadores, poetas, valientes hombres que se atrevieron y se enajenaron de las cadenas impuestas por una sociedad ambiciosa.
Las dudas inconscientes de su crueldad dueñas de las sombras, aliadas del miedo penetran cada vez más en lo profundo de mi ser, provocan caos entre lo que definí precedentemente como ideas elocuentes, perforan las bases que durante tanto tiempo cementé en el centro de mi corazón. He oído de su mito, de su leyenda, de que las dudas son una semilla, una semilla maligna que crece y crece, que se alimenta de la flor, de la raíz pulcra, aquel mito repetido por tantas generaciones es un tumor presente y en lo profundo de cada corazón.
Es tal mi torpeza, que ese jardín de dudas se alimenta de mis miedos, cada paso titubeante es una rocío que las nutre y las fortalece.
A plena luz del día aferrado a los sueños busco mi camino, consciente de mi ceguera lucho por sobreponerme y levantarme, no hay manuales ni recetas a los que pueda consultar, sólo queda oír la voz de mi corazón, dibujar en mi mente la figura de mis sueños, la perfección de mis anhelos imperfectos, la ilustración de mis deseos de felicidad.
A plena luz del día busco compañía, busco un corazón sincero que se atreva a cruzar océanos turbulentos, que desee compartir el miedo, que se atreva a desafiar la corriente, que sienta la fortaleza y la euforia de gritar en su lucha, pero que por las noches reciba mi ofrenda y mis caricias, que tenga la suavidad para susurrarme romances al oído, que me abracé con seguridad y mutuamente seamos fuente, fuente de inspiración, de amor y deseo.
JojorGe
JojorGe