Muchas veces he deseado haber vivido generaciones anteriores, no sólo porque la vida parece haber sido más tranquila, sino que según podemos apreciar de la historia, es que el pasado fue mucho más romántico, incluso podríamos decir que hubo una era no aislada donde el arte era desbordantemente romántico.
Sin embargo, me detengo en la reflexión al darme cuenta de que aún nos queda algo de eso, aún nos queda algo de esa pasión, de esa sensibilidad y pureza que heredamos de Shakespeare, Tolstoi, Chopin, entre otros.
En la madrugada de hoy nos enteramos de la lamentable partida de Chriss Cornell, quien fuera conocido por ser el frontman de Soundgarden, Audioslave, Temple of the Dog y con una carrera solista que termino de maravillar al mundo de la música, donde gracias a sus constantes “shows acústicos” pudimos contemplar con mayor atención y detención lo maravillosa que era su voz.
Sudando arte
No sólo sus creaciones fueron piezas de arte, sino que también cuando versionaba a otros de la música moderna. Recuerdo cuando en el “Maquinaria del 2011” lo escuche sólo acompañado de su guitarra y toco Imagine de Lennon, fue increíble, me voló la cabeza, es una buena canción, pero nunca me había entusiasmado tanto como cuando escuche la interpretación de Cornell. Lo mismo me paso con Billie Jean de Michael Jackson y tantas otras.
Previo a esto en los 90`s fue junto a Soundgarden el puente entre el emergente “grunge” y el rock más duro. Para muchos “metaleros” era (cosas de pendejo) mal visto estar escuchando la corriente gringa de moda, el grunge de Nirvana, de Pearl Jam, de Alice in Chains y con Soundgarden era aceptado y respetado, al menos por aquellos a los que les gustaba tener opiniones de la música antes de criticarlas. Nunca olvidaré la primera vez que vi el video clip de Black Hole Sun, y aparece un guitarrista con toda la pinta de metalero, chasca larga y haciendo un “solo de guitarra” que sólo se oían en las corrientes de rock más elaborado. Fue genial. De ahí en adelante, love forever a Chriss Cornell.
RIP Chris Cornell, toda una inspiración.
jojorge.com 