Hoy se conmemoran 44 años de la muerte de Martin Luther King, quien es uno de los principales referentes en la lucha de la igualdad y la lucha contra la pobreza en la era moderna. Martin Luther King nombre que le concedió su padre en honor a Martin Lutero, fue un joven de piel negra que luchó por la igualdad, siempre de manera pacífica e inspirada bajo el método de Mahatma Gandhi. Lideró una batalla no violentista contra una nación que desde sus bases contenía una gran inconsistencia ideológica, puesto que los padres fundadores de los Estados Unidos basaron su independencia en la libertad de culto, quisieron tomar distancia de la figura eclesiástica predominante en Europa y el Reino Unido.
Hoy en tanto acá en Chile se vota la ley antidiscriminación, donde el poder ejecutivo ha apresurado al poder legislativo dado el reciente acontecimiento que dio muerte a un joven gay, joven que fue atacado por un grupo de neonazis, que entre golpizas y torturas lo dejaron al hilo de la muerte hasta fallecer luego de una agonía de 25 días. Con esta ley las sanciones para quienes rompan los códigos sociales y valóricos serán mucho más efectivas, lo que por defecto y espero que así sea, nos lleve a tener una mejor armonía en un ambiente de respeto.
El origen de la lucha por la igualdad probablemente tenga data antes de Cristo y ha transcurrido a lo largo de la historia bajo distintas perspectivas de la igualdad y de su orden ideológico base: la libertad. «Libertad e igualdad» – son dos referentes de vida que llenan de oportunidades el camino de los hombres, estas dos palabras han sido utilizadas para hacer el bien, muchas veces para engañar y conseguir beneficios personales, pero que más allá de tener una interpretación y conceptualización social son más bien, una chance personal.
Me detengo en esto último dado que puede resultar muy contradictorio o inusual si se presenta sin una explicación más detallada.
Supongamos que las sociedades del mundo o tan solo una parte de este logra la tan anhelada libertad e igualdad, en su plena expresión; las personas que conviven dentro de esta «sociedad perfecta» seguirán siendo diferentes por más que posean condiciones o herramientas idénticas, por más que el Estado subvencione más y mejores necesidades básicas y de segunda categoría, siempre habrán diferencias, siempre habrá quienes estén por sobre otros en la vida cotidiana por razones intelectuales y materiales, pero por sobre todo, por razones de origen espiritual y de forma de vida.
La base de esto es «una diferencia personal», yace en la formación valórica, en el esfuerzo diario, en el nivel de estudios, en una actitud personal, en una afición por una u otra cosa. Si tu quieres más – deberás esforzarte más, si quieres una casa más grande – deberás prepararte con mayor esmero, deberás sacrificar tiempo, espacio, hobbies, familia, algo que probablemente muchos no esten dispuestos a realizar; por tanto, eternamente veremos que hay escalones que nos separan a unos de otros, sin ser mejores o peores, tan sólo diferentes.

Me atrevo a decir que en nuestra sociedad las diferencias son personales, sin detenerme en las excepciones – por que las hay, no pretendo que se me tilde de ingenuo, sino que entiendo y he visto como con actitud y trabajo se puede mejorar exponencialmente un estándar de vida. Volviendo a nuestra sociedad aventajada, si aún nos quedan dudas no olvidemos que cerca nuestro hay hijos de esta misma tierra que mueren de hambre, otros que son castigados con métodos salvajes, otros que su esperanza de vida no supera los 45 años.
Una diferencia personal, una diferencia que me enseña a valorar la vida.