Los sueños se hacen a mano, aunque en general nos olvidamos de que son algo que deseamos profundamente y para lo cual se debe trabajar, para lo cual debemos estar en constante armonia, porque de lo contrario serán eternamente sólo sueños.
Los sueños deben transformarse en objetivos, en metas personales, necesariamente debemos aterrizarlos para vivirlos en plenitud, necesariamente hoy es el día 1 de la realización de ese sueño. Prontamente les digo que este post no es para nada un catalogo o un manual paso por paso de como lograr los sueños, porque este texto tiene como primer lector al mismo escritor, es algo que debo recordarme cada mañana, cada vez que las cosas no andan muy bien, o cuando caminan de maravilla tener la humildad de agradecer y valorar la bondad que se me ha otorgado.
En casa tengo la imagen de un cura muy cercano a mis padres, un cura que falleció hace ya varios años, es una foto que me regalo mi madre cuando solté el cordon umbilical, me refiero a cuando me fui de la casa de mis viejos, me la dió porque es un protector para ella, porque en vida fue un cura de los de verdad, de esos curas con la sotana llena de polvo a la altura de los pies, y según dicen ya ha hecho un par de milagros. Bueno, el punto es que he tenido la necesidad, la urgencia de pedirle ayuda, he orado con gran fe y la ayuda ha llegado, pero cuando he regresado a casa lleno de alegria, no me detenido a darle las gracias, y es ahi donde se comete el gran error. Creanme que este no es un post religioso ni nada por el estilo; la imagen del cura puede ser considerada solo como una imploración a algún ser superior, cada uno lo elije. Lo relevante es que hay que agradecer, hay que sentirse realmente afortunados, porque lo somos.
Los sueños se hacen a mano y sin permiso, esta no es una frase personal y confieso que se la robé a un profesor de la Universidad, pero es una frase que me ha marcado desde que la oí, -año 2004 aproximadamente-, me inspira y me recuerda que no debo sentarme a esperar, que no debo pedirle a nadie lo que deseo profundamente, ya que nadie podrá comprender a la perfección cuales son mis anhelos.
Es fácil soñar, es fácil sentirse derrotado cuando esos sueños parecen que nunca llegarán, pero ambas son las etapas más faciles, hay que dar un paso más allá, hay que dedicarse de corazón, con pasión y entrega, hay que respirar y sudar de aquel sueño, y será ahí cuando comience a hacerse realidad, será aquel día cuando el sueño ya no sea un sueño y sea una pura y concreta realidad.
Aquí no hay secretos y seguro ya a escuchado fraseos similares, sólo pretendo ser un eslavón para que se tenga presente el paso superior que se debe dar, sólo pretendo recordarme que LOS SUEÑOS SE HACEN A MANO Y SIN PERMISO, y que HOY ES EL COMIENZO.