Daniel llevaba un buen tiempo depositando sus ahorros en un *chanchito de greda. Juan era un “conocido” suyo, este último consciente de los ahorros de Daniel cada vez que podía le echaba un ojo a la alcancia, la cual para su decepción se encontraba bien sellada.
Daniel, al tiempo y frente a una real necesidad decidió hacer un pequeño orificio para sacar unas cuantas monedas, al menos esa fue su intención. Al tiempo frente a nuevos problemas económicos y prometiéndose que esta sería la última vez, decidió volver a sacar unas monedas de sus ahorros, agrandando de esta manera un poco más el orificio.
Juan, se entero de la existencia de este “orificio” por tanto en cuanto tuvo la oportunidad tomó el «chanchito de Daniel y sacó todas las monedas que pudo antes que lo sorprendieran.
Pasaron los años y cuando llego el momento en que Daniel debía dar el uso que le motivó a ahorrar, se dio cuenta que el dinero que tanto le había costado reunir había desaparecido.
¡Defiendo el ahorro, no a la institución que lo administra!
*Si bien la imagen no es un chancho de greda, representa perfectamente lo que se pretende explicar